Lo que hace poco tiempo podría parecer ciencia ficción, ya es una realidad. Se trata del reconocimiento facial. Gracias a un algoritmo, nuestra identidad puede ser verificada con un selfie o la foto del DNI. Esto supone un avance en el día a día de la relación entre el banco y el cliente, ya que simplifica muchas operaciones, como comprar en una tienda, pagar en un restaurante o solicitar un prestamo. Esta aplicación de la inteligencia artificial ya está presente en redes sociales como Facebook, que se atreve a proponer el etiquetado de usuarios al reconocer una fotografía subida. Lo mismo ocurre con filtros como los usados en Instagram o Snapchat, que permite reconocer expresiones faciales, localizar partes de la cara o su entorno para aplicar sobre impresiones de perros, gatos o de otras formas más imaginativas.
Existen muchas posibilidades de acción para el software de reconocimiento facial dentro del sector financiero, donde la verificación de identidad juega un papel importante en casi todos los aspectos del negocio.
Por ejemplo, las personas que viven en áreas no bancarizadas o en ubicaciones remotas pueden identificarse en una solicitud de préstamo mediante el reconocimiento facial. Esto es aún más útil para aquellos con poco historial bancario porque la capacidad de identificarlos a ellos y a su empleador sería invaluable para obtener la aprobación de su solicitud de préstamo.
Las instituciones financieras pueden utilizar la tecnología de reconocimiento facial para identificar a los clientes y aprobar sus solicitudes de préstamo de manera mas sencilla y segura.
Para confirmar una solicitud de crédito, el cliente usaría una aplicación móvil para tomar una foto de su rostro y permitir que el modelo de aprendizaje automático (machine learning) la verifique, comparandola por ejemplo contra un documento único: DNI, pasaporte, etc. o contra una base de datos confiable de la propia entidad financiera. Esto aceleraría el proceso de identificación de identidad evitando que los clientes necesiten programar citas con la institución financiera o llenar formularios extensos.
La crisis sanitaria ha generado una mayor sensación de precaución hacia todas aquellas relaciones que supongan contacto físico tanto con personas como con superficies. El reconocimiento facial es una de las maneras de reducir el riesgo de contagio y de agilizar los procesos.
De cara a las entidades financieras, la utilización de datos biométricos podría facilitar que las mismas revisen rápidamente las solicitudes de préstamos aportando ciertas características:
Disminución del fraude
Mejoramiento de interfaz de usuario
Innovación tecnológica
Otorgamiento 100% digital
Mayor eficacia en la verificación de identidad para clientes no-bancarizados
Empleo de herramientas conocidas por el cliente y de fácil utilización (Ej WhatsApp)
Póngase en contacto con nosotros para conocer más en detalle este tipo de herramientas y determinar de que manera podemos automatizar y mejorar su proceso de otorgamiento crediticio.
www.addalitica.com
Comments